Intentamos en Providencia crear un proyecto que contribuyera con la vida de barrio, que es uno de los grandes activos de la comuna.

En ese sentido, el propósito del proyecto fue simple, conectar peatonalmente dos avenidas emblemáticas de Providencia, sin que nadie nos exigiera hacerlo y debiendo entregar parte de nuestro terreno para ello.

Esta acción persiguió dos objetivos: crear un micro barrio al interior del proyecto que articulara sus 3 usos (Vivienda, Oficina y Comercio) y vincular el proyecto con la red peatonal de comercio existente entre los edificios antiguos, los actuales y los futuros, que se construirán como fruto de un Plan Regulador Comunal que incentiva la creación de placas comerciales en los primeros pisos.

El proyecto abandona la idea de construir grandes locales con vitrinas hacia Bilbao y propone construir locales de escala vecinal hacia su interior, creando una escenografía urbana para la aparición de los actos más usuales de las veredas de Providencia: pasear, comprar, detenerse a tomar un café, a leer un libro o simplemente a disfrutar la teatralidad de la ciudad como Baudelaire, mirar a los que viven, a los que trabajan, a los que circulan y nunca más volveremos a ver.

Entregar casi el 45% del área libre del primer piso como área semi pública, determinó que el proyecto trasladara los espacios comunes desde el primer piso hacia sus cubiertas, transformando las vistas despejadas sobre la ciudad como el gran activo de estos espacios de ocio; la piscina; el gimnasio; los quinchos; el bar, todos fueron concebidos como panorámicos.

El rojo del edificio fue una declaración que captara la atención de quienes esperábamos fuesen los futuros propietarios del proyecto: jóvenes urbanos que no tuvieran temor de romper cánones, de vivir o trabajar en un proyecto abierto, en el único edificio rojo de Providencia.

• Mandante
• Puerto Arquitectura
• Constructora
• SIENA
• Arquitecto
• Óscar Reyes Bravo, Consuelo Morales Montecinos, Victor Ortega Rocha, Chiara Meschini
• Superficie interior
• 14.723