¿Cómo dar vigencia e incorporar a la ciudad de hoy construcciones de cerca de 100 años de antigüedad? El trabajo de Moraga y Hopfner Arquitectos, oficina ganadora de la categoría Mejor Proyecto de Intervención Patrimonial del Premio Aporte Urbano, PAU 2019, lo ejemplifica. Las postulaciones para el PAU 2020 están abiertas hasta el martes 20 de octubre, revisa las bases en www.premioaporteurbano.cl
En Puerto Varas, en pleno centro, calle Del Salvador, las casonas Kinzel, Wiehoff y Kaschel, de fines del s. XIX y las primeras décadas del XX, estuvieron cerca de 10 años a la espera de ser reconstruidas. Estaban prácticamente en desuso, deterioradas y “en estado de latencia”, como cuenta Heike Hopfner, de Moraga y Hopfner (mha.cl), oficina de arquitectura a cargo de volverlas a la vida, trabajo por el cual ganaron en la categoría Mejor Proyecto de Intervención Patrimonial en el PAU 2019.
Buenos ejemplos, testigos de la colonización alemana en el lago Llanquihue a mediados del XIX, las tres casas planteaban un doble desafío en su reconstrucción: conservar su carácter e identidad y, a la vez, insertarse armónicamente en la vida urbana de un Puerto Varas que vive en el siglo XXI. “Para nosotros lo primero era el valor ambiental, que es a lo que apela también la zona típica en la que se encuentran las casas; es el espacio urbano que generan, la volumetría, la impronta que tienen respecto a la calle y los espacios exteriores. Lo segundo era cómo estas casas podían ahora ser incorporadas en el recorrido urbano para un usuario común, darles usos y generar este recorrido interno, la posibilidad de conocerlas”, cuenta Heike.
De esta manera, con Patagonland, inmobiliaria que asumió el desafío, se reconvirtieron los viejos inmuebles dando lugar a un acogedor paseo, una suerte de bulevar, con plazas interiores, tiendas, cafeterías en el primer piso y oficinas en el segundo piso de las casas, generando un espacio nuevo y útil para Puerto Varas, al tiempo que recuperaba tres casonas tan queridas por la comunidad.