Nominado a Premio de innovación y sustentabilidad
A 3 kms. del centro de la ciudad de Ovalle se encuentra el Casino y Hotel Ovalle, fundando una ciudadela en medio del valle de Limarí. Al igual que los antiguos habitantes del valle se asentaban al interior de las cárcavas, esta ciudadela pretende constituirse como una grieta en el lugar, buscando dar refugio a través de sus recovecos, los que a su vez generan una secuencia de espacios interiores y exteriores que esconden al tráfico exterior y las vías, promoviendo la calma y el descanso. Una gran pirca de piedra perimetral delimita el espacio habitable de esta nueva ciudad. Sobre ella descansan los volúmenes que albergan las distintas partes del programa formando una planta cuadrada, que se corta en sentido diagonal cárcava, formando así la grieta central en la que converge el programa. Cada volumen y su respectiva forma acusa de algún modo muy sutil lo que pasa al interior. El casino y salón de eventos forman en conjunto una gran caja de un solo piso, a la cual se accede desde dos puntos opuestos que sobre su techo tiene un gran jardín botánico donde se exponen las principales especies de cactus de la región. El hotel se destaca por su revestimiento metálico inspirado en la cultura diaguita y su forma geométrica emulando una greca. Al fondo de la cárcava se sitúa el museo Diaguita, un gran monolito cúbico seccionado por rajaduras de luz. Entre los espacios destacados del proyecto está el casino y salón de eventos, que forman en conjunto una gran caja de un solo piso. Los muros enchapados en piedra del lugar dan un sentido vernacular propio del clima de la región, haciendo alusión a las paredes rocosas de las cárcavas del valle del Limarí.